1.Antes de Aristóteles.
En su libro de Física, Aristóteles comienza presentando las distintas respuestas que los filósofos anteriores han dado al problema del movimiento, que podemos reducir a cuatro:
*Parménides había negado la posibilidad de todo cambio o movimiento porque equivaldría a transitar desde el no-ser al ser, lo que es imposible. La solución de Aristóteles se basó en la distinción entre dos modos de ser: el ser en acto y el ser en potencia, lo que le permitió resolver el problema del movimiento.
El ser en potencia no es en acto y, por ello, puede ser considerado como un no-ser si lo comparamos con el ser en acto. Pero se trata de un no-ser relativo, puesto que el ser en potencia es un ser real. Un huevo está en potencia de ser gallina y, por tanto, no es una gallina, pero también está en acto de ser huevo.
Por tanto, Aristóteles establece una diferencia entre el no-ser absoluto de Parménides y el no-ser relativo, que es el ser en potencia. De este modo, se muestra de acuerdo con el filósofo de Elea en que no es posible pasa del no-ser absoluto al ser, al tiempo que mantiene la existencia del cambio entendido como el proceso que lleva del no-ser relativo (la potencia) al ser (el acto).
*Heráclito. Este pensador adoptó una postura contraria a Parménides. Así, para Heráclito, “todo corre”, nada permanece. En otras palabras, toda realidad se encuentra sometida a cambio incesante.
*Pluralistas. Se trata de un grupo de filósofos que, en lugar de admitir exclusivamente una realidad- el ser o el cambio-, como Parménides o Heráclito, admitieron la existencia de varias realidades. A este propósito, intentaron conciliar las posturas de los dos pensadores anteriores. Por un lado, aceptaron la existencia de una serie de realidades inmutables, que ni nacían, ni perecían, ni podían sufrir variación alguna. Pero por otro, admitieron la realidad del cambio, que según ellos consistía en la combinación, de una u otra forma, de esos elementos inmutables.
*Platón negó el movimiento del mundo de las ideas, es decir, de la auténtica realidad. Sin embargo, admitió que existía movimiento en el mundo de las cosas, es decir, en el mundo de la doxa o de los sentidos.
Aristóteles, por su parte, rechazó estas posturas porque según él todas ellas separaban el mundo de las cosas que cambiaban, e intentaban explicar el cambio como si no tuviera nada que ver con dichas cosas.
2.El concepto y sus principios
Por cambio o movimiento entiende Aristóteles cualquier modificación que sufren los seres en su propia forma de ser o en los aspectos con que se nos presentan, o en sus relaciones locales.
Cuando hablamos del cambio, comúnmente entendemos que éste se produce porque algo se pierde, algo permanece y algo se adquiere. Según Aristóteles, para que se produzca el cambio o movimiento son necesarios tres principios:
-La materia o sustrato, que es aquello que permanece en el cambio.
-La privación de una forma, que es lo que no se tiene todavía, pero que se puede adquirir en el cambio.
-La forma, que se adquiere, una vez perdida la que se poseía anteriormente.
3.Clases de cambio
Para Aristóteles hay dos tipos de cambio: cambio sustancial (generación y corrupción) y cambio accidental (modificación de algunos aspectos del ser).
En el caso del cambio accidental lo que permanece es la sustancia o sujeto individual. Más difícil es la explicación de lo que permanece en el caso de los cambios sustanciales. En este, caso, Aristóteles habla de materia primera (o prima), sustrato indeterminado susceptible de recibir cualquier forma sustancial.
Esta teoría del movimiento le sirve para explicar tanto los cambios sustanciales como los accidentales:
-Aplicado a los primeros hace posible la aparición y desaparición de nuevas sustancias (generación y corrupción).
-Aplicado a los cambios accidentales explica la alteración (cambio en las cualidades como color, olor, sabor, forma y otros parecidos); el aumento o la disminución (cambio según la cantidad) y el desplazamiento (cambio de lugar), que equivale a nuestro concepto de movimiento, más restringido que el aristotélico, que lo aplica a toda clase de cambios accidentales.
A la hora de explicar el cambio, Aristóteles utiliza dos modelos de análisis. El primero se basa fundamentalmente en la composición de los seres. En él usa la oposición materia-forma.
El segundo hace hincapié en los conceptos de acto y potencia: la materia se comporta como la potencia, que puede ser activa (como la capacidad del fuego de quemar) o pasiva (como la capacidad de la cera de ser derretida), mientras que la forma lo hace como acto.
El movimiento es así un proceso dinámico entre potencia y acto: el paso de la potencia o posibilidad al acto o realidad. O en otros términos, la adquisición por parte de un sustrato material(potencia) de una forma(acto).
(AA.VV. Paradigma 2. Historia de la filosofía. Editorial Vicens Vives. Barcelona. 2003.Diego Sánchez Meca y Juan José Abad Pascual. Historia de la filosofía bachillerato 2. Editorial Mc Graw Hill. Madrid. 2009.Francisco Ríos Pedraza. Historia de la filosofía. 2Bachillerato. Editorial Oxford. Madrid 2023)